La pandemia de Covid-19 y la consiguiente crisis de cambio de tripulación (posteriormente exacerbada por la escalada de la guerra en Ucrania) interrumpieron las cadenas de suministro y tuvieron un impacto significativo en el bienestar de la tripulación, dejando a la gente de mar varada en el mar durante meses y enfrentándose a graves dificultades emocionales.
La situación produjo un resultado positivo: su amplia cobertura mediática ayudó a que el transporte marítimo –y la gente de mar– entraran en la conciencia pública.
La crisis del cambio de tripulación destacó ante una audiencia generalizada el papel fundamental que desempeña el transporte marítimo en la economía global, arrojando luz sobre el sacrificio que hacen los marinos y los desafíos que enfrentan en su vida diaria, e inspirando un esfuerzo colaborativo de la industria para mejorar el bienestar de la tripulación. , lo cual fue alentador de ver.
Como resultado de la mayor atención prestada al bienestar de la tripulación, se reconoció a la gente de mar como trabajadores clave y se aceleraron los planes para incluir el acceso obligatorio a Internet a bordo en una enmienda al Convenio sobre el Trabajo Marítimo. Sin embargo, si bien la conectividad a bordo ha facilitado que los marinos mantengan el contacto con amigos y familiares en tierra, también ha dado lugar a una “tendencia alarmante” entre la fuerza laboral marítima.
Dado que la conectividad de alta velocidad de la tripulación se ha vuelto más frecuente, el aislamiento a bordo ha aumentado. Los marinos ahora pasan más tiempo en sus camarotes con sus propios dispositivos y menos tiempo socializando con sus compañeros de barco. Cuando se trata del bienestar de la tripulación, el acceso a Internet a bordo es un arma de doble filo. Su uso debe complementar y no reemplazar la interacción social genuina, y esto exige un enfoque renovado en el equilibrio entre la vida laboral y personal y las oportunidades de descanso y recreación a bordo.
Otra posible fuente de ansiedad es la transición hacia un entorno marítimo más digitalizado y descarbonizado. Los cambios traídos por las transiciones digital y energética pueden ser desafiantes y estresantes para el personal de los buques. La mejora y el recualificación son esenciales para ayudar a la tripulación a gestionar estos cambios, mientras que las compañías navieras, los gobiernos, los reguladores y los proveedores de tecnología deben colaborar en nuevos programas de capacitación y sistemas de apoyo para la gente de mar. El personal de tierra también puede ayudar a la tripulación a familiarizarse con las nuevas tecnologías.
Además de dotar a la gente de mar de las competencias necesarias para sobresalir en sus funciones cambiantes, se deben hacer esfuerzos para garantizar que la tripulación sea mentalmente capaz de manejar el estrés del transporte marítimo moderno con la implementación obligatoria de medidas que promuevan el bienestar emocional a bordo. Esto es algo que se puede hacer ahora; por ejemplo, existe una clara oportunidad para que las compañías navieras proporcionen a la tripulación acceso remoto a psicólogos capacitados para tratar específicamente con la fuerza laboral marítima, y para que esto se convierta en un requisito regulatorio.
Dado que la gente de mar trabaja muchas horas en condiciones difíciles, a menudo con recursos limitados, las compañías navieras deben fomentar un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal a bordo de sus buques, mientras que la capacitación y el apoyo a la salud mental deberían estar entre las principales prioridades de la industria. En última instancia, trabajando juntos, todos podemos marcar una diferencia significativa y positiva en las vidas de la gente de mar en todo el mundo, y esto es algo por lo que seguiremos esforzándonos en Wallem Group.
Fuente: Wallem Group, por Praveen Shukla, director técnico
