El concepto de atrapar hidrógeno puro en células ya no es algo sacado de una película de ciencia ficción. Los ingenieros están trabajando arduamente en la creación de pilas de combustible para el transporte que actúen como baterías y sean adecuadas para todo tipo de vehículos, como camiones.
Una solución para una de las industrias más contaminantes
En noviembre pasado, en la Cumbre Web de 2023, Quantron AG anunció una empresa conjunta de repostaje de combustible basado en hidrógeno con un inversor llamado OilInvest.
OilInvest posee más de 2.000 estaciones de servicio en toda Europa que suministran gasolina, diésel y otros tipos de energía.
En esta asociación, ambas partes trabajarán juntas para mejorar y utilizar la red de estaciones existente, incluida la adición de capacidades de abastecimiento de hidrógeno, lo que permitirá a vehículos como automóviles y camiones pesados viajar sin problemas por Europa utilizando hidrógeno gaseoso o líquido como combustible.
El objetivo es mejorar la infraestructura para el transporte impulsado por hidrógeno en todo el continente: una solución ecológica para una de las industrias más contaminantes y esenciales.
“Creemos que para tener un buen transporte, especialmente en toda Europa, el hidrógeno es una fuente de energía muy sólida que permitirá que el transporte por carretera de larga distancia llegue a cero emisiones”, afirma Michael Perschke, director general de Quantron AG.
Los camiones tienen un impacto climático mayor que todos los vuelos dentro de la UE y serían el sexto mayor emisor si fueran un país de la UE.
¿Cómo será el futuro del transporte de carga pesada impulsado por hidrógeno?
“Creo que los camiones de hidrógeno siempre serán una minoría”, afirma Perschke. “Pero lo que veremos es que probablemente entre el 10 y el 15 % de los camiones pesados funcionen con hidrógeno en 2040”.
Perschke afirma que a medida que la producción de hidrógeno se vuelva más eficiente, las pilas de combustible serán más baratas.
Y añade: “Así que probablemente veremos que, para aplicaciones específicas, los camiones con pila de combustible de hidrógeno serán la solución técnica más adecuada”.
Perschke cree que probablemente entre el 70 y el 80% de las mercancías se transportarán eléctricamente en el futuro, pero habrá entre un 10 y un 20% que requerirán una solución de hidrógeno debido a los tiempos de entrega, los tiempos de recarga y los tiempos de ciclo.
Si bien los camiones propulsados por hidrógeno prometen reducciones de emisiones, existen algunas preocupaciones. La producción a menudo depende de combustibles fósiles, lo que socava los beneficios ambientales. La eficiencia de conversión también es menor que la de la propulsión eléctrica directa, lo que plantea dudas.
Como leche y queso
Buscando una forma sencilla de explicar cómo el hidrógeno puede funcionar como combustible, Perschke utiliza una metáfora láctea.
Compara el hidrógeno con el queso, mientras que la electricidad se compara con la leche.
Explica que la leche debe consumirse rápidamente y es sensible cuando se transporta en forma líquida, al igual que la electricidad.
Sin embargo, cuando la leche se convierte en queso, se vuelve más fácil de transportar, se puede almacenar por períodos más largos y aumenta su valor.
De manera similar, el hidrógeno sirve como medio para almacenar energía , de manera muy similar a como lo hace el queso con la leche. Al convertir electrones (electricidad) en hidrógeno y almacenarlos en una forma más estable, como el hidrógeno líquido, resulta más fácil de transportar y puede almacenarse durante períodos más largos.
Esto es particularmente importante en el contexto de la producción de energía renovable, donde hay picos en la generación de energía a partir de fuentes como la solar y la eólica.
El hidrógeno verde actúa como una tecnología de amortiguación, permitiendo almacenar y utilizar el exceso de energía cuando sea necesario, abordando el desafío de la inestabilidad de la red causada por las fluctuaciones en la producción de energía renovable.
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