Funcionarios de la Casa Blanca han pedido al Departamento de Energía de Estados Unidos que analice si una prohibición de las exportaciones de gasolina, diesel y otros productos refinados del petróleo reduciría los precios del combustible, una indicación de que la controvertida idea está ganando terreno en algunos rincones de la administración Biden.
La solicitud de la Casa Blanca sigue a una tensa reunión entre altos funcionarios de la administración y ejecutivos de la industria petrolera y se produce en medio de la creciente preocupación de que los altos precios de la gasolina representan una amenaza política para los demócratas en las elecciones de noviembre, dijo una persona familiarizada con el asunto.
El análisis solicitado incluiría un examen de cómo una prohibición de exportación afectaría los precios de la gasolina si se impusiera durante 30 o 60 días, dijo la persona, que pidió no ser identificada discutiendo deliberaciones privadas.
Una prohibición de exportación marcaría el paso más radical hasta ahora de la administración Biden para abordar los precios de la gasolina que aumentaron durante el verano y han vuelto a subir recientemente, solo cuatro semanas antes de las elecciones de mitad de período que decidirán si los demócratas mantienen el control de la Cámara de Representantes y el Senado.
Los productores de petróleo y los analistas de energía han criticado la idea, diciendo que podría ser contraproducente al aumentar los costos aún más para los consumidores estadounidenses, al tiempo que interrumpe los mercados y corta a los aliados europeos en su momento de necesidad.
La medida subraya la creciente consideración dentro de la administración Biden de los posibles límites de exportación.
Funcionarios del gobierno habían planteado la posibilidad de frenar las exportaciones en la reunión del viernes con ejecutivos de algunas de las compañías petroleras más grandes del país.
Los representantes de la Casa Blanca y el Departamento de Energía no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre el análisis.
Encuestas recientes muestran que los precios de la gasolina, que siguen siendo obstinadamente altos en estados del oeste como California, son un lastre para los candidatos demócratas.
Los funcionarios de la administración Biden también han estado preocupados por los bajos inventarios de combustible en el noreste de los Estados Unidos.
Los jefes del Instituto Americano del Petróleo y American Fuel & Petrochemical Manufacturers dijeron en una carta el martes a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, que limitar las exportaciones perturbaría los mercados globales, dañaría los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos y elevaría los precios del combustible a nivel nacional.
“Prohibir o limitar la exportación de productos refinados probablemente disminuiría los niveles de inventario, reduciría la capacidad de refinación interna, ejercería presión al alza sobre los precios del combustible al consumidor y alienaría a los aliados de Estados Unidos durante un tiempo de guerra”, dijeron los grupos comerciales en la carta.
La administración Biden está buscando “todas las herramientas disponibles” para proteger a los consumidores estadounidenses y cumplir con sus compromisos con los aliados del país, dijo un portavoz del Departamento de Energía en respuesta a la carta de API y AFPM.
“La guerra de Putin en Ucrania ha interrumpido los mercados de energía y en lugar de mostrar la capacidad de garantizar que el consumidor estadounidense y nuestros aliados tengan un suministro confiable a un precio justo, las compañías de energía están obteniendo ganancias récord mientras que nuestros inventarios están en mínimos históricos”, dijo el portavoz.
Los riesgos de escasez de combustible en el país son particularmente agudos en la costa este, que depende de las importaciones.
Los límites a la capacidad de los oleoductos y los petroleros con bandera estadounidense capaces de transportar gasolina y diesel desde la costa del Golfo hasta Nueva Inglaterra significan que el área depende de los combustibles importados, dijeron los grupos.
Y con menos combustibles estadounidenses en el mercado mundial, el precio de esas importaciones también podría aumentar.
