Los fletes marítimos ya no volverán a ser los mismos de antes de pandemia, en un escenario marcado por la escasa oferta, la congestión y la alteración de flujos.
Los responsables de la Autoridad Portuaria de Valencia estiman que la pandemia ha marcado un antes y un después para los fletes marítimos.
La crisis sanitaria ha introducido toda una serie de alteraciones en los flujos globales de contenedores y han sacado a las navieras de sus pérdidas seculares.
Ello ha impulsando los precios de los servicios de transporte marítimo de mercancías hasta niveles desconocidos.
Según la Autoridad Portuaria de Valencia, 2022 será un año con fletes elevados que solo se normalizarán entre 2023 y 2024.
Será na vez que lleguen al mercado los portacontenedores que actualmente en construcción.
Esta tendencia se debe a diversos factores, entre los que destaca la congestión existente en la cadena de suministro.
Implica que un 12% de la flota mundial se encuentre esperando para atracar en muelle, pese a que las tasas de flota inactiva se encuentran en niveles mínimos históricos.
Así mismo, en la evolución al alza de las tarifas de los servicios marítimos también se observan diversos factores.
Por un lado, se viene notando que el incremento en los precios se ha disparado desde la segunda mitad de 2020, mientras que, por otro, las subidas no son iguales para todos los destinos.
Tienen grandes diferencias que se agrandan aún más si cabe entre los servicios desde Asia a Europa y América del Norte, y los regresos desde estos dos continentes hacia el este.
La congestión se mantiene y marca los fletes
Como consecuencia, parece que los fletes marítimos internacionales vienen marcados en estos momentos posteriores a la pandemia por la permanencia de la congestión global en las cadenas de suministro
Además por el incremento de los tiempos de espera de los barcos para atracar, por el aumento de los tiempos de escala.
Ya que a medida que los barcos ganan tamaño la operativa de estiba y desestiba gana en complejidad y dificulta la disponibilidad de espacio en patio, por ejemplo.
De igual manera, también influyen en los fletes:
- Las políticas de precios de las navieras
- La acumulación de márgenes empresariales en un marco de escasa oferta y fuerte demanda.
- Los fuertes desequilibrios existentes a la hora de determinar los precios de los servicios en los circuitos de regreso.
Así pues, de cara a la segunda mitad de 2022, Valenciport contemplan un escenario marcado, por la parte de la demanda, por la invasión rusa de Ucrania, el estancamiento en la demanda, la inflación disparada y la incierta evolución de la pandemia.
A su vez, del lado de la oferta, el segundo semestre del ejercicio está condicionado por un mercado tensionado, los precios de los combustibles, la congestión portuaria, que llega más allá en la cadena de suministro, y la escasez y la carestía de las materias primas.
En todo caso, parece que los fletes existentes antes de la pandemia no regresarán, aunque de cara a 2023 se espera la incorporación de nuevos buques a la flota mundial, así como de contenedores, con más de seis millones de TEUs actualmente en pedido.
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