Después de que Mitchell Gold Co. se quedó sin efectivo, los socios de logística que almacenaban miles de productos se quedaron sin pago y los clientes quedaron esperando la entrega.
El cierre y la quiebra de Mitchell Gold Co., hasta hace poco propietario de la marca Mitchell Gold + Bob Williams, fundada hace casi 35 años, dejó compras de muebles para el hogar por valor de millones de dólares atrapadas en el purgatorio de la cadena de suministro.
Miles de productos estaban almacenados con proveedores de logística externos, muchos de ellos listos para su entrega. Sólo había un problema: a los proveedores aún no se les había pagado para entregarlos.
Para los clientes, la situación ha sido una pesadilla: “conmoción y consternación”, como describe sus reacciones una carta de clientes presentada ante el tribunal. Muchos clientes no solo ya pagaron por productos que aún no habían sido entregados meses después de comprarlos, sino que también pagaron tarifas por el envío.
El efectivo pagado a Mitchell Gold por la entrega no se destinó a las empresas encargadas de entregar los muebles. Cuando la liquidez de la empresa colapsó y su banco buscó efectivo en sus cuentas para pagar la deuda, Mitchell Gold se quedó sin dinero para financiar sus operaciones y cumplir sus promesas a los clientes.
A principios de noviembre, Ryder Last Mile, que ha estado almacenando más de 2000 productos Mitchell Gold, recibió la aprobación judicial para los protocolos de entrega que finalmente podrían hacer llegar los productos a los clientes. Pero los clientes tendrán que volver a pagar el envío, esta vez a la empresa de logística. Otros proveedores todavía estaban intentando obtener la información necesaria para diseñar planes similares.
A medida que la situación continúa desarrollándose, aquí hay un vistazo retrospectivo a la cobertura de Supply Chain Dive de la debacle logística-quiebra de Mitchell Gold.
Supply Chain Dive
