Un informe reciente de Seafarers’ Charity, titulado ” Las necesidades de bienestar de las mujeres marinas en los puertos” , arrojó luz sobre las necesidades de bienestar de las mujeres que trabajan en buques de carga y enfatizó que las mujeres necesitan sentirse seguras y confiadas para expresar sus preocupaciones y miedos.

Al analizar varios casos en los que mujeres de mar habían denunciado acoso sexual, el informe subrayó que las mujeres pueden tener más miedo y estar más aisladas que sus colegas masculinos a bordo, lo que resulta en una mayor sensación de estrés.

Las mujeres marinas que participaron en la investigación se enfrentaron a problemas específicos que las hacen sentirse alienadas en un espacio muy masculino al que sienten que no pertenecen. 

”El propio acto de autoaislamiento hace que las mujeres marinas experimenten una existencia aún más solitaria en el mar y revela una mayor necesidad de apoyo social para las mujeres que no pertenecen a la tripulación inmediata ni a la estructura de gestión”, afirma el informe.

En concreto, en lo que respecta a las mujeres marinas, los incidentes de acoso sexual son, desgraciadamente, un hecho común que puede provocar un malestar emocional importante. 

Los casos de acoso abarcan principalmente el contacto físico no deseado, como tocar y besar inapropiadamente las manos, rostros y áreas íntimas de las marineras. Este comportamiento ha sido reportado no sólo por oficiales de alto rango sino que también surge con frecuencia en las interacciones entre pares y subordinados.

Las mujeres han descrito que se enfrentaron a un dilema considerable en los casos en que surgieron tales comportamientos. 

Deseaban evitar que se repitieran comportamientos abominables, pero a menudo se mostraban reacios a quejarse de los incidentes, ya sea porque sentían lástima por los autores y por sus familias, que dependían de que ellos trabajaran a bordo, o porque temían que no los tomaran en serio. , no serían escuchados o, de hecho, ellos mismos se enfrentarían a medidas disciplinarias.

Las mujeres a bordo alzan la voz: consideraciones clave

El informe citó testigos de mujeres marinas para resaltar los desafíos del trabajo a bordo, subrayando la necesidad de que las organizaciones fomenten un entorno seguro y de apoyo para la presentación de informes, donde las personas se sientan empoderadas y protegidas al hablar sobre comportamientos inaceptables.

Por ejemplo, un relato del informe narra la decisión de una mujer, durante su juventud, de abstenerse de denunciar la clara transgresión de un colega debido a preocupaciones sobre su familia.

Otra persona citó varios factores que la disuadieron de presentar denuncias por la conducta inapropiada de ciertos compañeros de trabajo y superiores. 

Estos factores incluían la creencia de que plantear preocupaciones no produciría resultados, la percepción de que expresar quejas significa debilidad y el miedo a enfrentar represalias violentas o incluso potencialmente mortales. 

En otro caso, un individuo relató un encuentro desagradable con un “matón” reconocido. A pesar de su evidente disgusto por los hechos, decidió no presentar una denuncia contra el marino en cuestión, influida por su sincero pedido de silencio.

De los ejemplos anteriores, se pueden extraer varias conclusiones sobre los desafíos y la dinámica involucrada en denunciar casos de mala conducta o comportamiento inaceptable en el lugar de trabajo:

  1. Miedo a las repercusiones : los empleados pueden temer represalias o consecuencias negativas, incluida la violencia, si denuncian una mala conducta. Este miedo puede ser una barrera importante para denunciar incidentes.
  2. Preocupación por el bienestar de los demás: las personas pueden optar por no denunciar una mala conducta debido a preocupaciones sobre las consecuencias personales o profesionales para el infractor o su familia. Esta decisión puede verse influenciada por un sentido de empatía o el deseo de evitar perturbar la vida personal del perpetrador.
  3. Inutilidad percibida de informar : algunos empleados pueden creer que informar un incidente no producirá ningún resultado tangible o que podría no llevar a que se tomen medidas significativas. Esta percepción puede deberse a una falta de confianza en el proceso de presentación de informes o en la eficacia de la respuesta de la organización a dichas quejas.
  4. Estigma social y estereotipos: puede haber una percepción predominante de que denunciar una mala conducta es un signo de debilidad o que podría dar lugar a un etiquetado negativo o discriminación contra la persona que denuncia el incidente. Esta percepción puede disuadir a las personas de hablar sobre comportamientos inapropiados.
  5. Manipulación emocional y culpa: los casos en los que un delincuente le ruega a la víctima que no denuncie la mala conducta pueden crear un sentimiento de culpa o presión emocional, lo que lleva a la víctima a optar por no presentar una denuncia. Esta manipulación puede complicar aún más el proceso de presentación de informes y disuadir a las personas de buscar las medidas adecuadas.

Además, la falta de apoyo de sus colegas podría hacer que las mujeres se sintieran extremadamente aisladas, molestas y muy vulnerables. 

Como explica Seafarers’ Charity en el informe, a veces las cuestiones se complicaban por el hecho de que era un oficial superior el que perpetraba el comportamiento abusivo. ”En tales casos, las mujeres a veces intentaban hablar en el momento del incidente, pero rara vez lo denunciaban. 

En algunos casos, el daño inicial causado por el autor del abuso a bordo se amplificó como resultado de las respuestas inútiles de otros colegas”.

Sin embargo, es de esperar que haya muchos casos en los que la Asociación haya descubierto que los marinos apoyaban a colegas que estaban siendo acosados ​​a bordo y algunos hicieron todo lo posible para ayudarlos.

La denuncia es vital para combatir el acoso sexual

En general, se han observado dos patrones principales de respuesta al acoso: en ocasiones, las marinas presentan quejas formales, pero lo más común es que muchas opten por distanciarse por completo del problema, particularmente en situaciones relacionadas con el alcohol. 

Sin embargo, el inconveniente de este enfoque es que cobra un precio para las mujeres marinas, impidiendo su participación activa en reuniones sociales debido al riesgo potencial de encontrar incidentes desagradables.

En conclusión, es de suma importancia tener una política clara sobre cómo denunciar estos casos. Por ejemplo, la USCG ha implementado nuevos requisitos de presentación de informes para incidentes de acoso, acoso sexual o agresión sexual. 

Admite denuncias anónimas a través de una aplicación y lleva a cabo investigaciones exhaustivas e imparciales cuando se recibe una denuncia.

Cultivar la concientización, implementar políticas y protocolos sólidos y brindar educación y capacitación integral a todas las personas a bordo del barco, ya sean miembros de la tripulación, oficiales o pasajeros, constituyen los pilares fundamentales para abordar el problema de los incidentes en el mar que no se reportan. 

Se requiere capacitación específica que abarque temas críticos, incluida la definición de acoso y abuso sexual, métodos para reconocer y denunciar tales comportamientos y estrategias para brindar una respuesta adecuada a las personas afectadas.

Seafarers’ Charity

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