El malestar del campo español escala de nivel día a día y ya es palpable en numerosas autovías y carreteras de prácticamente todo el país.
Hay dos tipos de manifestaciones diferentes, pero las primeras ya están provocando los primeros cortes en el tráfico rodado, con consecuencias en la circulación y el transporte de mercancías por vía terrestre.
Las concentraciones arrancaron a las 7.30 horas con tractores cortando directamente las vías de circulación u ocupando los carriles circulando a baja velocidad.
La dirección general de Tráfico indicaba a primera hora que había cortes por “manifestaciones” en múltiples puntos.
En Catalunya hay problemas en la B-23, en Barcelona, con retenciones de cuatro kilómetros, y en la C-14, en Tarragona.
También en la C-32, en Sant Pere de Ribes, o en la N-2, en Mollerussa. En Girona, hay protestas en el centro de la ciudad de agricultores que se dirigen hacia la sede de la Generalitat.
En la A-5, la autovía que une Madrid con Extremadura, también hay circulación de nivel negro, con retenciones a la altura de Maqueda y cerca de Navalcarnero. Retenciones también en la A-62, en Valladolid, y en la A-66, en Almendralejo; en la A-92, en Albolote; en la A-43, en Tomelloso, y en la A-2, en Zaragoza.
La autovía que une Barcelona y Madrid tenía sobre las 10 h varios kilómetros cortados por los agricultores.
Una parte del sector intenta subirse a la ola de protestas que recorre el corazón de Europa y que ha tenido su epicentro en Francia.
Los motivos que mueven las protestas son compartidos en todos los países, también en España. El principal, el nuevo sistema de la Política Agrícola Común (PAC), que introduce nuevos requisitos regulatorios y medioambientales.
“El exceso de burocracia ha sido el detonante”, sostiene Carles Vicente, responsable de organización en Unió de Pagesos, de un malestar que se viene larvando desde más lejos.
Vicente sostiene que la actual PAC dificulta el acceso a ayudas, ya que implanta nuevas exigencias que aumentan los costes del sector primario, por lo que reclaman una simplificación.
Las medidas para lidiar con los efectos de la sequía, una revisión de la ley de la cadena alimentaria que prohíba efectivamente vender a pérdidas y acabar con la competencia desleal de países extracomunitarios, con menores normas medioambientales, conforman la lista de reivindicaciones.
La Vanguardia
