Funcionarios españoles confiscaron dos yates más mientras investigan las sanciones contra Rusia y Bielorrusia.

Mientras que el barco de otro magnate está atascado en Noruega después de que los proveedores se negaron a proporcionar el combustible para que partiera.

El Crescent, un superyate de 135 metros (443 pies) con dos plataformas de aterrizaje para helicópteros y una piscina, fue detenido en la región oriental de Cataluña.

El propietario del barco no se conoce públicamente, aunque se cree que pertenece al ruso Igor Sechin, jefe de Rosneft Oil Co., con sede en Moscú, según Reuters.

En Noruega, el Ragnar de 68 metros, propiedad del ex agente de la KGB Vladimir Strzhalkovsky, está varado sin combustible en la ciudad norteña de Narvik.

El capitán del barco se ha puesto en contacto con casi todos los proveedores de la zona sin éxito, según la emisora pública NRK.

En todo el mundo y especialmente en Europa, los yates de los multimillonarios rusos han sido objeto de escrutinio a medida que los gobiernos y las organizaciones montan una campaña de sanciones contra el país por su invasión de Ucrania.

En muchos casos, las autoridades se apresuran a bloquear los buques antes de que puedan navegar fuera de su alcance en aguas internacionales.

El Crescent fue el segundo yate detenido por las autoridades españolas en los últimos dos días, tras la incautación del Lady Anastasia de 48 metros en Mallorca.

Las autoridades también impidieron que el Valerie de 85 metros saliera de Barcelona.

Los tres barcos tienen un valor combinado estimado de más de $ 700 millones.

A principios de este mes, funcionarios de aduanas franceses detuvieron a otro superyate Sechin, el Amore Vero, cerca de Marsella mientras preparaba una salida urgente, según el Ministerio de Finanzas francés.

Sechin, de 61 años, un aliado cercano del presidente ruso Vladimir Putin, ha sido sancionado por Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea.

Antes de ser nombrado director ejecutivo de Rosneft, una de las compañías petroleras más grandes del mundo, se desempeñó como viceprimer ministro de Rusia.

En Narvik, el proveedor local de combustible Sven Holmlund dijo que es obvio por qué nadie quiere vender al Ragnar.

“Se necesitan cinco minutos de ver las noticias, y te saldrán lágrimas en los ojos”, dijo Holmlund en una entrevista, refiriéndose a las imágenes de guerra.

Rune Edvardsen, alcalde de la ciudad, dijo que la situación es un problema que debe resolverse políticamente.

Noruega no es miembro de la UE, pero ha dicho que se unirá a la sanción de Bruselas a Rusia por Ucrania.

gCaptain

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