Los puertos de la costa este de los Estados Unidos están ahora en el ojo de la tormenta, con volúmenes de importación en contenedores procesados en la región aumentando a medida que el país se dirige a su temporada alta de envío.
Los cargadores continúan redirigiendo sus envíos desde la costa oeste de los Estados Unidos hacia los puertos de la costa este y del Golfo.
Esta transición, aunque lenta, ha generado impulso durante la primera mitad del 22, desplazando la congestión de los puertos de la costa oeste a los puertos de la costa este y del golfo.
Esta transición tenía sentido para los transportistas a principios de este año, ya que los puertos de la costa oeste, especialmente los puertos de Los Ángeles y Long Beach, fueron testigos de más de 100 buques portacontenedores haciendo cola en la Bahía de San Pedro, a la espera de atraques.
Aumenta la congestión en la costa este
Tales retrasos extraordinarios llevaron a los cargadores a mover su carga a través de puertos en el Atlántico y el Golfo de México, aumentando la congestión en la región.
Esto se refleja en el número de buques en espera de atraque en toda la costa este.
Por ejemplo, el puerto de Savannah, uno de los puertos más eficientes de los Estados Unidos, experimentó un asombroso aumento del 750% en el promedio mensual de buques en julio desde el comienzo del año, con 34 barcos en cola esta semana frente a cuatro buques en enero.
Si bien Savannah continúa procesando volúmenes récord de importación mes a mes, no hace nada para detener el aumento en el número de buques anclados frente a su costa. Los puertos de Nueva York y Houston enfrentan desafíos similares, con 15 y 23 buques en cola.
Aumentan los retrasos en los envíos
El aumento de la congestión portuaria en toda la costa este afecta inevitablemente el tiempo de tránsito de los buques. Los datos de retrasos en los envíos del proyecto44 muestran que los tiempos de tránsito promedio semanales se han disparado durante julio en los puertos de Nueva York y Houston, aumentando aproximadamente en un 50% y un 16% respectivamente, en el mes.
Con 46.2 días como tiempo promedio de tránsito en la primera semana de agosto, el puerto de Savannah continúa registrando números elevados, que fueron tan bajos como 34.9 días en la primera semana de abril.
Los tiempos de tránsito más largos resultan en retrasos en los envíos que han ido en aumento. Estos retrasos en el envío son el resultado directo de las colas, ya que cuanto más larga es la cola, más larga es la demora en el atraque del buque y la eventual descarga del envío.
Con 34 buques anclados, no es de extrañar que los retrasos en los envíos hayan aumentado espectacularmente en el puerto de Savannah a 15,3 días en la primera semana de agosto.
El puerto de Nueva York está siendo testigo recientemente de un fuerte aumento en los retrasos en los envíos, casi duplicándose a 8,6 días semana tras semana.
Si bien el número de buques que hacen cola fuera del puerto no ha aumentado durante julio, el problema radica en la actividad terrestre del puerto, donde los contenedores de larga estancia crean problemas con la capacidad de la terminal portuaria.
La falta de espacio suficiente para descargar contenedores ha significado operaciones portuarias más lentas, extendiendo los retrasos en los envíos.
Para resolver este problema, el puerto de Nueva York anunció recientemente una nueva tarifa trimestral de desequilibrio de contenedores (que entrará en vigencia a partir del 1 de septiembre), destinada a penalizar a las líneas de contenedores con exceso de contenedores vacíos que habitan en el puerto durante mucho tiempo.
Perspectiva
La congestión en la costa este está directamente relacionada con las actividades en la costa oeste, y los transportistas continúan siendo escépticos de mover carga a través de esta última por temor a un retraso repentino.
Esta preocupación proviene de la negociación del contrato laboral entre el Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenes (ILWU), que representa a más de 22,000 trabajadores en los puertos de la costa oeste, y la Asociación Marítima del Pacífico (PMA), que habla en nombre de los operadores y terminales marinas.
Dado que el contrato expiró a fines de julio, existe un temor en toda la industria a las huelgas laborales, que golpearían el corazón de los complejos portuarios de la costa oeste.
Este temor ha ayudado a los puertos de la costa oeste a despejar su congestión desde principios del ’22, ejecutando operaciones más eficientes, con una mejora considerable en la confiabilidad del cronograma de los buques en la actualidad.
Sin embargo, esto ha asegurado una fuerte afluencia de importaciones a la costa este, sin signos de un enfriamiento en los próximos meses.
Las importaciones chinas a Estados Unidos aumentaron en 20.000 contenedores en julio mes a mes, lo que refleja el fortalecimiento de la actividad manufacturera y portuaria china después de los bloqueos debido a su estricta política de COVID-cero.
Más de 150 buques están en cola en los puertos de los Estados Unidos, con el 62% del total de barcos frente a los puertos de la costa este y del Golfo, un cambio en la fortuna del año pasado, donde la costa oeste tenía la mayor proporción de buques anclados.
Los puertos de la costa este también están luchando con un aumento en los vacíos de larga data, que están restringiendo el movimiento de exportación y dilatando los retrasos en los envíos. Tales retrasos también eliminan posteriormente la capacidad de contenedores y buques, lo que lleva a un aumento de los precios del flete.
La falta de capacidad de almacenamiento tierra adentro también está amenazando las actividades portuarias terrestres.
Los importadores no están recogiendo sus contenedores a tiempo y dejándolos varados en las terminales portuarias y los patios intermodales como almacenamiento temporal, incluso mientras luchan por obtener capacidad de almacenamiento para sus inventarios frescos.
En esencia, hay varios vientos en contra para las operaciones portuarias en toda la costa este, y se puede esperar que la situación siga siendo grave hasta el final de la temporada alta de envío.
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