La Agencia Europea de Seguridad Marítima (AESM) ha comenzado a operar aviones pilotados a distancia en las cercanías del Estrecho de Gibraltar para controlar las emisiones de azufre y nitrógeno de los buques que pasan.
Los datos de contaminantes recogidos dotarán al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de España de la capacidad de monitorizar las emisiones de cumplimiento de la normativa vigente, en un intento por reducir los efectos nocivos sobre la salud humana y el medio ambiente.
Según la EMSA, los drones también se han desplegado para tareas complementarias que incluyen la detección de la contaminación, la supresión de las operaciones de tráfico y contrabando, el control de la pesca y la gestión del tráfico de buques.
El Sistema de Aeronaves Pilotadas Remotamente (RPAS) es un helicóptero no tripulado Camcopter S100 operado por el contratista de EMSA, Nordic Unmanned. El RPAS está equipado con un sensor de emisiones del contratista Explicit.
Tras la recopilación de datos, cualquier indicio de incumplimiento puede desencadenar una inspección en el siguiente puerto de escala para determinar si se ha producido una infracción.
Esta es la segunda campaña de monitoreo de emisiones que se lleva a cabo en la zona.
Las operaciones de vigilancia de emisiones tienen como objetivo reforzar la reciente aprobación del Mar Mediterráneo como área de control de emisiones por parte de la Organización Marítima Internacional, que se espera que entre en vigor en 2025.
Si bien la Marina Mercante puede utilizar las mediciones tomadas para verificar el cumplimiento de los contaminantes de los buques que pasan, la EMSA dijo que los vuelos también pueden dirigirse para apoyar a la Agencia Española de Seguridad Marítima (SASEMAR) para la búsqueda y rescate.
Durante un período de tres meses, se desplegaron drones para medir el contenido de azufre en las columnas de escape de los buques en el Mar Báltico para identificar violaciones de los valores límite aplicables.
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